“Prosperidad,
recursos para realizar tu destino.” Extraído del manual “El Maestro de la Era
de Acuario”, Kundalini Research Institute.
La prosperidad está alrededor de nosotros y dentro de
nosotros. Es la capacidad de encontrar, organizar y utilizar los recursos que
necesitamos para realizar nuestra identidad y nuestro destino más alto. La
mayoría de las personas toman una de tres actitudes: escasez, abundancia y
prosperidad.
La escasez es la actitud de la mente negativa “No hay
suficiente” ,“¿Cómo me podrá lastimar?”,
“¿Qué perderé?”. Las personas dirigidas por el pensamiento de escasez son adversas al riesgo, viven con miedo a la
pérdida o se vuelven hiper-vigilantes de no ser maltratados.
La abundancia es el campo de la mente positiva. La
gente regida por el pensamiento de abundancia cree que puede hacer casi
cualquier cosa con suficiente esfuerzo, inteligencia o suerte. Ellos toman riesgos.
Son optimistas en contra de toda evidencia. Con frecuencia acumulan posesiones,
dinero o logros. Sin embargo, también existe el riesgo de absorberse en las
cosas que ellos crean, de tal modo que pueden perder su sentido de propósito
después de un tiempo. La adquisición en sí se vuelve un propósito hasta que un
cierto vacío cuestiona los diversos éxitos en los que ellos están enfocados.
La prosperidad es el regalo especial de la mente
neutral. La gente que se rige con la mente neutral utiliza la suma de la mente
negativa y de la positiva, y luego divide la cantidad total con la mente
neutral. Ellos toman los lados positivos y los negativos y calculan cómo
utilizarlos basados en sus propósitos, identidades, significados o destinos
verdaderos. La mente neutral utiliza la intuición y mantiene un sentido de
significado y propósito en el centro de los esfuerzos de uno. El resultado es
una sensibilidad para saber qué hacer a continuación, qué no hacer y con quién
conectar, a fin de permitir que el destino interno brote.
La prosperidad no se trata de riqueza o pobreza. Se
trata a cerca de la realización de tu destino. Se trata de claridad en medio de
distracciones o desvíos. Se trata de relaciones que sean satisfactorias
mutuamente. Es un regalo que viene con cada alma.
Nosotros ya tenemos prosperidad, así como los cielos
ya tienen el Sol. Si nos ponemos en dirección a la luz, nos calentaremos y
llenaremos con su energía. Si conocemos el arte de sentir los susurros de
nuestra dirección interna, le podemos pedir al mundo lo que necesitamos para
ayudarnos a manifestar nuestro destino.
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